lunes, 28 de abril de 2014

El Cuartel de La Montaña donde comenzó la Batalla


El Cuartel de La Montaña
donde comenzó la Batalla

Jesús Matheus Linares

Emoción, alegría, rabia, lágrimas, silencio, estupor, firmeza, seguridad, compromiso, son las frases que brotan de los labios de cada uno de los visitantes, que esa mañana asoleada del tercer sábado de abril, al mediodía, visitan el histórico lugar. En cada uno de los rostros  marcha en forma peregrina, el legado de un hombre de pueblo que se consustanció tanto con su pueblo, que hoy día está sembrado en lo más profundo de su corazón.
“Hoy traemos a nuestra familia, mi esposa, mis hijos para que en ellos, hijos de Chávez, y nosotros hijos de Chávez, sigamos con él vivos en nuestro corazón, para que ellos entiendan que éste nuestro Padre nos dejó un camino trazado, él no se fue, está con nosotros, físicamente no está, pero su legado está con nosotros y nosotros por él seguiremos haciendo Patria, la patria que él nos dejó la seguiremos, como el alfarero, siguiendo dándole forma para que él como nuestro padre Simón Bolívar, él no aró en el mar, él dejó sembrada en nosotros sembrada la semilla de Patria, y seguiremos teniendo Patria tal cual como lo dejó” así lo relata emocionado Luis Souquet, oriundo de Caripito, estado Monagas, junto a su esposa, Rosmar Suárez, Luis Elché Suárez y Rocío Regina.
Amor profundo
Refiere que “lo amamos profundamente, no ha habido en nuestra historia contemporánea ni en lo nacional  ni en lo internacional un hombre de las dimensiones de nuestro Comandante, el hombre lleno de amor, de amplitud, de un corazón tan amplio que el mundo entero y todo el sistema de la vía láctea no cabe en su corazón. Lo amamos por siempre, mi esposa, mis hijos, están aquí y nosotros en todas partes somos pregoneros de Chávez. Chávez vive la Patria sigue y seguimos luchando por Chávez. Hasta la victoria siempre”, sus palabras brotan de lo más profundo de su corazón, no oculta la emoción que desbordan las lágrimas en sus brillosos ojos.
Pero para la zuliana Ana Margarita Valbuena Pérez, quien viajó desde Maracaibo, para visitar el Cuartel de La Montaña, era su más deseado anhelo. “Quería ir donde mi hija, pero primero quería llegar acá, porque desde que él se murió hace un año, ¿no sé? pareciera mentira. Pero estar aquí es algo muy bello, siempre había tenido deseos de venir para acá, porque cuando él se murió quería venir pero mis hijas no me dejaban venir. Anhelaba algún día venir para acá. El fue un Presidente que como hombre fue bueno, humanitario, ayudó a la gente, hizo a las misiones, estuve en una de ellas, y me ha sentido bastante la muerte de mi Comandante. Ando por aquí y ando mal, porque siento ¿no sé?, como si fuera mi padre, mi hermano, ay. Ana Margarita no aguanta la emoción y  empieza a llorar. 
En el corazón
Trina Méndez, viene del estado Táchira y también se encuentra en la visita sabatina. Considera que estar en el Cuartel de la Montaña, ha sido lo más espectacular que la ha ocurrido. “Es una tristeza de saber que no está pero siempre lo vamos a llevar en el corazón, de verdad me siento muy feliz.”
Pero también hay personas como Judith Moreno, de Los Teques, recuerda al Comandante “por todo, las cosas que él hizo. En el Museo, “sentí de todo porque esta es la segunda vez que he venido”.
Ana de Carrillo, del Estado Táchira, confiesa “una emoción muy grande. Se siente como si el Presidente eterno estuviese mirándonos, es algo impactante para mí, porque mi sueño era verlo en persona, pero jamás lo pude ver en persona, pero me siento orgullosa, de estar recorriendo hoy el Museo. Siento una emoción, emoción, como ganas de gritar, pero es imposible gritar porque está prohibido, pero si mucho orgullo de que nuestro Dios nos haya traído a Venezuela un Presidente como Hugo Rafael Chávez Frías. Recuerdo demasiadas cosas, ahora más que nunca se siente la presencia de él, claro lo está haciendo muy bien nuestro presidente Maduro, pero jamás, jamás, vendrá un Hugo Chávez Frías”.
Para otro tachirense, Eduardo Ramírez Carrillo, “esta visita  al Museo es algo único, que uno puede decir que Chávez tenía razón, cuando nos llama a luchar ¿no? A seguir combatiendo, y a construir la Patria que queremos, la patria bonita, la patria grande, gran patria -como él la llamaba- latinoamericana. La verdad que venir hoy al Museo de la Revolución es una experiencia muy bonita, quería venir desde hace bastante tiempo, hasta hoy se me presentó la oportunidad. Le doy gracias a Dios, de poder visitar al comandante Chávez, de verdad que esto ha sido maravilloso.    
Y es que desde el 15 de marzo de 2013, miles de personas, venidas de diversas latitudes del interior y del exterior el país, han desfilado frente a los restos del comandante Hugo Chávez Frías, en “el Cuartel de La Montaña”, llamado así por el propio Presidente. El monumento está construido en un solo bloque de granito, además de estar constituido por hierro y mampostería. A su vez, conjuga los cuatro elementos, porque en él se mezclan el agua, la piedra, el viento y el fuego, concebido por el arquitecto Fruto Vivas.
 Está rodeado de los bloques que lo alzaron, donde los vecinos del 23 de Enero, los que desde 1992 memorizaban “Chávez” y “por ahora”, ahora ven como el emblemático lugar está coronado por un 4F color terracota, porque el líder de la revolución volvió al lugar donde comenzó su batalla el 4 de febrero de 1992.
“El Arte levanta el alma”
Nunca se imaginaron el presidente Cipriano Castro y la junta que le tocó dar el veredicto al proyecto "el arte levanta el alma”, el 04 de julio de 1903, del ingeniero Alejandro Chataing y del arquitecto Jesús María Rosales Bosque, que 110 años más tarde, se convertiría en el Museo de la Revolución, para recordar para siempre y por siempre a Chávez.
Ubicado sobre una colina en Monte Piedad, en la Planicie del populoso “23 de enero”, esta edificación fue construida inicialmente como primera sede la Academia Militar de Venezuela, que abrió sus espacios en 1910. En la década de 1940 se convirtió en el Ministerio de Defensa y en 1981, el sitio se convirtió en el Museo de historia militar.
La historia de este lugar daría un giro en 1992, cuando Hugo Chávez dirigiera desde ese sitio estratégico la rebelión militar contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, a lo alto de Caracas y cerca de Miraflores.
El reportero gráfico que me acompaña, Julio Rojas, a bordo de su vehículo de dos ruedas,  nos hace el recorrido por la subida de El Calvario, desde donde se divisa estratégicamente el valle de Los Caracas, en lo que fue el acceso al antiguo Ministerio de la Defensa, hasta arribar a la plaza 4 de febrero, en la entrada del museo y lugar ícono de esta popular parroquia, los habitantes de este sector están orgullosos, según nos comentan algunos, de que los restos del Comandante reposen aquí. Es un lugar estratégico,  desde él se puede observar el parque El Calvario, el Arco de la Federación, el Palacio de Miraflores, las Torres del Silencio, el 23 de Enero, y el Observatorio Cajigal. 4:25PM Es la hora oficial de la muerte de Hugo Chávez. Suenan cañonazos. Lso presentes aplauden, celebran y lloran. Es el tributo de un pueblo a un hombre del pueblo que llegó para quedarse siempre. Al fondo, dentro del cuartel los restos de Chávez descansan custodiados por cuatro guardias de honor, dos de cada lado, quienes hacen cambios de guardia cada cinco horas. Afuera en la ciudad, sigue la cotidianidad.








sábado, 19 de abril de 2014

Gabriel Gacría Márquez, el escritor inmortal




Gabriel García Márquez, el escritor inmortal:
Las Mariposas Amarillas y Mauricio Babilonia
le darán su último adiós terrenal

Jesús Matheus Linares

"Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos"... "En pocos años, Macondo fue la aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era de verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto".
Así lo escribió Gabriel García Márquez en “Cien Años de Soledad” y así quedará `para la historia, cuando ya hoy Macondo es universal, gracias al humilde reportero venido de Aracataca, que un día creyó y apostó que “el periodismo es el mejor oficio del mundo”.
Hoy  en ciudad México, su ciudad adoptiva por más de tres décadas, le dirá su último adiós en el Palacio de Bellas Artes, al hijo de “uno de los 16 hijos del telegrafista de Aracataca; Gabriel José García Márquez, el hijo de Gabriel Eligio García, quien además de telegrafista, homeópata y conservador fue lector obsesivo, poeta y virtuoso del violín, y de Luisa Santiaga Márquez, aristocrática hija del coronel Nicolás Márquez, veterano liberal de la Guerra de los Mil Días, la persona con quien Gabriel José mejor se ha entendido; el abuelo Nicolás, ese que lo llevó a los circos e hizo destapar una caja de pargos congelados para que él conociera el hielo, como lo hizo el coronel Aureliano Buendía en Cien Años de Soledad, ese libro que dice que parece un bolero, o un largo vallenato, y que le cambió la vida porque desde que se publicó arrasó con la escasez, pues “se vendió como salchichas” (más de 40 millones de ejemplares) y se tradujo a 34 idiomas”, como lo señala la periodista y escritora Patricia Lara Salive, amiga cercana de Gabriel García Márquez desde hace más de tres décadas.
Y es que el Otoño del Patriarca, La Hojarasca, Crónica de una Muerte Anunciada, Mis Putas Tristes, entre los 30 títulos que publicó servirán para que esta “oveja negra” se convierta en un testigo presente del siglo XX y XXI en las bibliotecas del mundo. El nuevo Cervantes de las letras hispanas. Nace el Gabo inmortal.
Llenó de ilusiones y sueños, el joven costeño llegó a la Sabana de Bogotá, a labrarse un camino como abogado, pero pudo más la literatura que lo atrapó a través del reporterismo en el diario El Espectador, donde ganaba 900 pesos mensuales.  Suma  consideraba alta, pero el gerente, Luis Gabriel Cano, la fijó cuando su padre, don Gabriel Cano, le sugirió ayudar a ese muchacho costeño “tan flaquito y pálido que se nos puede morir en la oficina”.
“Hay una línea directa entre el Gabo que llegó a El Espectador y comenzó a transformar el periodismo de entonces, y el Gabo que siguió en su tarea de guiar a nuevos profesionales en géneros de comunicación adaptados al instante y al futuro. En aquel 1953 el joven caribeño, ya con buena formación literaria adquirida en Zipaquirá, Bogotá y Cartagena, entró a trabajar como reportero a una acalorada redacción de otros jóvenes, poco mayores que él, convencidos de estar haciendo el mejor diario del mundo”, revela el periodista José Salgar.
Allí comenzó a transitar entre la literatura y el reporterismo.”Su máxima demostración fue la de convertir la noticia muerta de un náufrago que al salvarse habló más de la cuenta, en una joya de nuevo periodismo. En 18 meses de duro trabajo en aquella redacción, Gabo puso en plataforma el realismo mágico y los malabarismos idiomáticos que lo llevaron al premio Nobel, después de casarse con Mercedes”, narra el propio Salgar.
Vino París. En Francia, “Debieron sucederle a García Márquez muchas cosas en el puente de Saint-Michel, camino de la buhardilla donde imitaba, como podía, la vida o la escritura de su admirado Hemingway. Porque nunca he podido olvidar ese día del que algunas veces él ha hablado, ese día en el que sintió los pasos en la niebla de un hombre que pensó que era un perseguidor; ese día en que, a diferencia de Hemingway, se sentía “pobre y muy infeliz” en París y se había pasado toda la noche calentándose en el “vapor providencial de las parrillas del metro”, eludiendo los policías que lo golpeaban en cuanto lo veían, pues lo confundían con uno de los tantos argelinos a los que masacraban en aquellos días en París: “De pronto, al amanecer, se acabó el olor de coliflores hervidas, el Sena se detuvo, y yo era el único ser viviente entre la niebla luminosa de un martes de otoño en una ciudad desocupada. Entonces ocurrió: cuando atravesaba el puente de Saint-Michel, sentí los pasos de un hombre, vislumbré entre la niebla la chaqueta oscura, las manos en los bolsillos, el cabello acabado de peinar y en el instante en el que nos cruzamos en el puente vi su rostro óseo y pálido por una fracción de segundo: iba llorando”, así lo recuerda Enrique Vilas Mata, en Lecturas de un Puente.
Pero era que “el costeño” que no “cachaco” también gustaba de la música vallenata. Así lo recuerda Rafael Escalona “Gabo es uno de los mejores cantantes de vallenato que yo haya conocido. No lo digo por complacerlo sino porque en nuestras parrandas en Valledupar y en La Guajira, aunque él era flojo para asuntos de trago, se emocionaba mucho y de pronto se ponía a cantar. Entonces recibía los aplausos merecidos.”
El maestro Escalona cuenta que “nos conocimos cuando estábamos en edad de mirar muchachas. Nuestros padres eran paisanos y ya ambos habíamos comenzado nuestro recorrido de hombres andariegos. Gabo escribía su columna Jirafa en El Heraldo y yo ya había escrito unas cuantas canciones de las que se llaman vallenatas.”
--Un día nos encontramos en Barranquilla. Él me saludo con un abrazo muy efusivo y me invitó a un lugar donde se reunían los escritores y artistas a tomar cerveza y a fregar la paciencia, palabras textuales de él. Fue así como llegué a La Cueva, donde conocí a varias figuras que luego acrecentaron la conciencia cultural del país…En La Cueva se escuchaba mucho vallenato y Gabo me sacaba las tripas pidiéndome que le contara cómo hacía mis canciones y por qué. Nuestra amistad era más abierta que un cura confesor.”
Después vinieron sus viajes a Venezuela, donde trabajó en la revista “Venezuela Gráfica” junto a Carlos Galindo,”Sancho”, un buen amigo que me contó la habilidad y sagacidad reporteril del Gabo, y hasta llegó  participar en el Concurso de Cuentos de El Nacional, motivado por sus amigos caraqueños, que conociéndoles sus dotes narrativos lo instaron a participar. El Gabo no ganó, pero años más tarde se inmortalizaría con su Nobel “Cien Años de Soledad”. Así es la vida. No hace falta ir a Aracataca para ver Aracataca. Basta leer a García Márquez, para conocer este pueblo en el Magdalena, ligados a los mitos y las leyendas que Gabriel García Márquez convirtió en patrimonio de la humanidad. En el idioma de los indígenas chimilas, Ara significa “río de aguas claras”, y Cataca, “cacique de la tribu”, y a sus habitantes se les conoce como cataqueños.
“Gabo, ese reportero de El Heraldo que vivía en la Arenosa en el cuarto de un prostíbulo de paredes frágiles a través de las cuales comprobaba que los altos funcionarios del gobierno, cuyas voces conocía, no iban allá para hacer el amor sino para que las putas los oyeran hablar de ellos mismos; Gabo, ese conocedor de los vericuetos de la siquis, creador de personajes hechos de retazos de su gente, personajes que le son familiares a la humanidad entera; Gabo, ese escritor magistral que decía que era muy bruto para escribir y que soportó sin desfallecer que una editorial le devolviera el manuscrito de La Hojarasca con una nota en la que le aconsejaba dedicarse a otro oficio; Gabo, ese mamador de gallo que confesó que “la literatura es el mejor juguete que hay para burlarse de la gente”; ese corresponsal de El Espectador en Europa quien, a raíz del cierre del periódico por el general Rojas, supo que el hambre, en la Ciudad Luz, tiene un sabor más amargo; Gabo, el amor en París de Tacha, una joven actriz española que robaba comida en los restaurantes donde trabajaba y se la llevaba para que él escribiera El coronel no tiene quien le escriba; Tacha, la coronela de El Coronel, hoy una de las grandes amigas de Mercedes, esa enigmática y atractiva nieta de un inmigrante egipcio a la que le propuso matrimonio cuando era una niña; Mercedes, la madre de sus dos hijos, Rodrigo, director de cine, y Gonzalo, diseñador gráfico, hijos que, como él dice, le han quedado mejor hechos que sus libros; Mercedes, esa cómplice que entendió en la mitad del viaje que a comienzos del 65 hacían a Acapulco, que debían regresarse porque, como escribió Eligio, entonces “surgió íntegramente en su mente la novela que venía imaginando pacientemente desde su adolescencia”; Mercedes, esa dama de hierro que tuvo la sabiduría para aceptar que él vendiera el Opel y le entregara la plata que les alcanzaría para vivir seis meses y, en silencio, manejó las deudas y solucionó la supervivencia de la familia durante el año largo que le tomó escribir Cien Años de Soledad; Mercedes, esa esposa solidaria que empeñó la licuadora para enviarle a Editorial Suramericana el manuscrito de la obra que, sin embargo, y sin haberla leído, la hacía preguntarse: y “¿qué tal si el libro resulta malo?”; Mercedes, “una de esas mujeres guapas por dentro y por fuera a la vez”, como escribió Juan Luis Cebrián, fundador del diario El País de España; ella, sin cuyo poder detrás del trono la vida del Maestro no sería la misma, como tampoco lo sería si no hubiera transitado el camino de la gloria literaria de la mano de Carmen Balcells, la mamá grande de las letras del continente, que ha tenido la visión para añadirles ceros a sus merecidos derechos de autor”, describe magistralmente Patricia Lara Salive, su amiga de siempre.
Ahora el Gabo es inmortal y estará presente siempre en el recuerdo de todos los que le conocimos, ahora irá junto a Remedios La Bella a revolotear con sus mariposas amarillas, más allá del infinito. Hemos perdido un hombre pero ganamos una leyenda.

miércoles, 16 de abril de 2014

El Pao: la Primogénita de Cojedes

El Pao: la primogénita de Cojedes
Jesús Matheus Linares
El Pao es una población del estado Cojedes, capital del municipio Pao de San Juan Bautista. El municipio tiene una población aproximada de 14 mil 507 habitantes. Al norte limita con el municipio Tinaquillo y el estado Carabobo, y el municipio Girardot, al este con el estado Guárico, al oeste con los municipios Tinaco y San Carlos de Austria.
La economía de la región se basa ante todo en la ganadería extensiva. Tiene una de las iglesias más antiguas de Venezuela, la iglesia de San Juan Bautista. Esta iglesia fue construida por primera vez en 1661. También tiene una iglesia colonial construida en 1782.
Ahora que comienza la Semana Mayor, le invitamos a conocer esta hermosa población en los llanos cojedeños. El Pao de San Juan Bautista, fundado el 24 de Junio del año 1661 por Fray Pedro de Berja, el mismo que fundó la Ciudad de San Carlos. Se considera como la ciudad primogénita de Cojedes.
Cuenta la crónica que su fundación se hace mediante la reducción de unos 130 indios, de ambos sexos, de origen Guamos, que tomó el nombre del río Pao, por ser fundado a sus orillas y tomó también el nombre de San Juan Bautista por la advocación al culto religioso que presidió la importante misión, de allí devoción católica.
Además, el nombre de El Pao viene de las Aves indígenas Paoaci, Pao, Paují, de la familia de los indios caribes a cuyo nombre le daban al “Paují”, ave aristocrática, de color negro, brillante plumaje, parecido al Pavo Real y de copete amarillo, que era muy abundante en la región para la época.
Al principio fue un reducto de indios fue cambiando de nombre y sitio, pero siempre a las riberas del mismo Río Pao, hasta que para 1727 Fray Marcelino de San Vicente, según real autorización lo elevó a la Villa del Pao de San Juan Bautista para el resguardo de indios a favor de las Misiones.
El Pao desde su fundación, hace ya 353 años ha tenido gran participación en favor de su desarrollo y del propio engrandecimiento del País. En la época colonial sirvió de “Pueblo de Misiones” donde se intercambiaba mercancía entre esta región con las provisiones traídas de la propia España, a través de su Río Pao, navegable para ese entonces. Era un importante puerto fluvial de entrada a los llanos occidentales.
El Pao sirvió de residencia a los Frailes Capuchinos que evangelizaron y convirtieron a numerosos indios en cristianos, es por este pueblo donde entra la evangelización al Estado Cojedes. El fervor religioso en Semana Santa es muy marcado, las pobladores acostumbran a visitar sus iglesias y no es sino hasta el Sábado de Gloria, cuando se pueden bañar en las aguas del río Pao. Aproveche el asueto de Semana Santa y venga con su familia hasta El Pao y visita la represa cercana que tiene por nombre "el Pao".


David Isaac y Xavier Efraín Matheus Pérez


El Reto del Amor es el camino a la felicidad



El reto del amor es el camino a la felicidad
 Jesús Matheus Linares
 En este tiempo de Semana Santa, que recuerda la vida y pasión de nuestro Señor Jesucristo los venezolanos debemos abocarnos más al amor y a la unidad como nación. Afrontar el reto del amor es el camino a la felicidad, es también el camino de la convivencia, de la felicidad social y colectiva. Que podamos vivir juntos como hermanos es un requerimiento del Evangelio, pero también una exigencia de la estructura social, de la cohesión de la nación, de la vida política.
El reto del amor es especialmente grave para los constituidos en autoridad y para aquellos que tienen liderazgo en la sociedad, por ello hay que defender la educación cristiana, la construcción de un Estado laico no impide que las escuelas se abran a la enseñanza de Dios...
Las protestas pacíficas son una forma que tiene la colectividad de expresar la angustia que tiene por la inseguridad. Es necesario que las autoridades actúen dentro del marco de las Constitución, las leyes y el respeto de los derechos humanos. No se trata aquí de conspiración ni cuestión mediática. Además, los medios de comunicación social deben informar porque nosotros necesitamos estar informados, necesitamos saber qué está pasando, tenemos el derecho a la información que está consagrado en la Constitución y, por otro lado se debe evitar el amarillismo de tipo criminalística, ya basta de violencia.
Los organismos del estado deben actuar en el marco de la Constitución y las leyes para garantizarnos a todos la seguridad personal y patrimonial. Por eso, en esta Semana Mayor clamamos por la serenidad. Solicitamos a las autoridades resolver el grave problema de inseguridad que hay en el país.
Hay que mejorar el Estado venezolano y con ellos, sus poderes, en especial el Poder Judicial, las cárceles, las policías, es todo un problema grave que toca el corazón mismo de nuestra estructura como nación venezolana. Por tal motivo el Estado está llamado a dar una respuesta por su obligación política con los ciudadanos que lo integramos, y que mejor momento para que todos nos juntemos como hermanos, en esta Semana Santa cuando conmemoramos que el hijo de Dios dio su vida por nosotros. Es tiempo de reflexionar, es tiempo de cambio. Un mundo mejor es posible.
jmateusli@gmail.com

jueves, 10 de abril de 2014

Elorza: Capital Folklórica

Elorza, de Fiesta

La Capital Folklórico de Venezuela

Jesús Matheus Linares

Situado en la región de Los Llanos a Orillas del Río Arauca, a una altitud de 95 metros
sobre el nivel del mar, Elorza se ubica en medio de una llanura que se presta a las
labores agrícolas, en la frontera con Colombia.
Para llegar a este hermoso paisaje de la llanura venezolana existen dos carreteras, una
que comunica con las poblaciones de Mantecal y Bruzual y otra, que comunica con la
Trinidad de Orichuna y Guasdualito. También se puede llegar por vía fluvial a través
del Río Arauca o por el aeropuerto local. En la actualidad, de acuerdo al último censo
(2012), Elorza cuenta con 26.800 habitantes., en su mayoría dedicados a la agricultura,
la ganadería y la pesca, que son las principales actividades de la región.
¿Cómo nació Elorza?
Narra la historia que la antigua misión de San José de Arechuna pasó, con el transcurso
del tiempo, a llamarse El Viento. El día 10 de marzo del año 1866 la Asamblea
Legislativa del estado de Apure determinó que la parte de El Viento que estaba bajo
jurisdicción venezolana (la población estaba repartida entre Venezuela y Colombia)
pasó a denominarse Elorza en honor al Coronel José Andrés Elorza, héroe de la
independencia venezolana, determinación que se ejecutó el día 12 del mismo mes.
José Andrés Elorza se incorporó con el grado de capitán a las filas Páez en la Trinidad
de Orichuna, localidad cercana a El Viento. En 1823 obtiene el grado de Mayor en
Puerto Cabello. Después de la derrota de Páez en Los Araguatos, el 10 de marzo de
1848, llegaron al paso de El Viento donde se reunieron con su Jefe de Estado Mayor el
general Carlos Soublette y decidieron pasar a la Nueva Granada.
Desde cuando las Fiestas en Elorza
Las fiestas de Elorza se llevan a cabo desde 1955. Se realizan torneos deportivos,
elección de la Reina, así como diferentes competencias musicales que resaltan la música
llanera.
Todos los años no solo los habitantes del lugar sino miles de turistas disfrutan de estas
festividades del llano venezolano. Este año cuenta con la particularidad de realizarse en
honor al fallecido presidente Hugo Chávez, uno de los principales impulsores de estas
festividades.
Este año además de la elección de la Reina y el baile en su honor a cargo de la orquesta
Los Adolescentes, ayer se celebró una misa y procesión en honor a santo patrono San
José; la celebración del Día de la Elorzanidad, con la participación de los intérpretes
criollos Jorge Guerrero, Elvis Jaime, Mayra Tovar, Alfredo Parra, Gilmari Caña, Carlos
Calzadilla, entre otros.
Como corolario con sabor a mastranto, y llano se llevarán a cabo dos tardes de Toros
Coleados, el Festival de canto Doña Bárbara de Oro y de Diamante, un festival
de Contrapunteos, el Festival Infantil Elorzanito de Oro, además del festival de
contrapunteos, con la participación de cantantes nacionales y de la vecina Colombia.
San José el Santo Patrono
En honor a San José, cada 19 de marzo, Elorza, en el estado Apure, celebra sus fiestas
patronales.
 “Fiesta Elorza”, canción de Eneas Perdomo, se ha convertido en la expresión de esta
celebración anual y, con el paso del tiempo, en uno de los temas más emblemáticos de
la música llanera.
Eneas Perdomo, conocido como “El General en Jefe del canto venezolano”, falleció en
el Hospital Militar de Caracas, por diversas complicaciones de salud, el 25 de febrero de
2011 a los 80 años de edad. Durante su funeral le fue impuesta por el presidente Hugo
Chávez, quien era confeso admirador del intérprete, la “Orden Libertador post morten”.
Nacido el 19 de enero de 1930 en El Yagual, Eneas Perdomo desde joven se dedicó a
las faenas propias del llano, trabajando en diferentes hatos de la región. Su vocación
por la música llanera, se dio desde temprana edad, actuando en diferentes emisoras de
radio a partir de 1951. Junto al arpista Ignacio “Indio” Figueredo realizó sus primeras
grabaciones en 1959. Su pasaje Fiesta en Elorza le hizo merecedor del reconocimiento
como “Hijo ilustre” de esa población, al igual que una plaza con su busto y una avenida
que llevan su nombre. Adicionalmente, Fiesta en Elorza fue declarado como Himno
Popular de Elorza el 19 de marzo de 1991.
Sesión Solemne
Ayer, miércoles, integrantes del consejo legislativo realizaron sesión solemne en el
estado Apure para celebrar la Fiesta en Elorza, la cual ha sido dedicada a la memoria del
expresidente Hugo Chávez. En el acto participaron el gobernador de la entidad, Ramón
Cañizales, Wilmer Castro Soteldo, gobernador del estado Portuguesa, el gobernador del
estado Barinas, Adán Chávez, y demás alcaldes de la región.

  1. jmateusli@gmail.com

En la Universidad, con mis hijos, en el Panteón Nacional









Con la Espada del Libertador Simón Bolívar, 12 de febrero de 2014