miércoles, 31 de diciembre de 2014

Un 2015 lleno de optimismo



Un 2015 lleno de optimismo
-Jesús Matheus Linares-
A muchas personas les extrañará el título de este artículo, pero cuando estamos en las postrimerías de lo que ha sido el 2014, no me queda si no el ánimo de desear que este año que comienza debe ser de optimismo, de esperanza, de alegría, de  reencuentro con nosotros mismos, con nuestro país, con esa inmensa porción de tierra que llamamos Venezuela y que pese a las adversidades no podemos dejar de amar.
Y es que pese a creer que estamos en un “Valle de Lágrimas”, no debe ser esa nuestra actitud. En hebreo, la palabra bakah significa llanto o lágrimas, y en tiempos bíblicos había un valle en Israel conocido por ese nombre. Figurativamente, todos hemos pasado alguna vez por el valle de lágrimas, un lugar de sufrimiento, de pesar, de penalidades, un sitio árido, desértico y polvoriento.
Y recordamos el Salmo 84 cuando nos pone de manifiesto el sublime concepto de que, cuando pasamos por ese lugar, tenemos ocasión de tornar la dificultad o decepción, el pesar o sufrimiento -sea lo que sea- en bendición. “Pasando por el valle de Baca lo convierten en manantial, también las lluvias tempranas lo cubren de bendiciones. Van de poder en poder”.
Y esa debe ser nuestra actitud ante el nuevo año que tenemos por delante. No podemos decaer. Debemos llenarnos de optimismo y de nuevos bríos para sacar adelante el país. Me recuerda a un viejo amigo de infancia que ha hecho precisamente eso. Hace tiempo enfermó gravemente. Creía que la vida activa y provechosa que siempre había llevado tocaba a su fin. Pero Él, no obstante, convirtió su valle de lágrimas en una gran bendición. Lo cambió en manantial y, en consecuencia, ha llegado a ser una fuente aún mayor de ánimo para los demás. Permitió que su llanto hiciera aflorar sus mejores cualidades. Transformó su desierto en un hermoso lugar, cavando bien hondo en su corazón y en la Palabra de Dios.
Si eres capaz de afirmarte en las promesas de Dios y confiar en Su bondad aun en tiempos de pesar y angustia, los demás verán tu fe, y será para ti -y también para ellos- como un pozo en medio de un terreno yermo, estéril y duro. Es precisamente en esos casos en que la fe resplandece más que nunca: cuando nos lleva a sobreponernos a  dificultades.
Por eso, no creo en los agoreros que piensan que estamos llegando al final. Tengo fe y estoy convencido que saldremos adelante de este atolladero.
Y es que debemos darle sentido a nuestras vidas. Es responsabilidad nuestra. Debemos tomar las decisiones atinadas que nos conduzcan a donde debemos llegar; Si tomamos juntos las decisiones, que necesitamos como país, tendremos la confianza de que hemos comenzado a ir por buen rumbo.
A veces el proceso para dar con esa voluntad es complicado. Quizá tengamos que esperar y hacer gala de paciencia. Las circunstancias son variables. La gente cambia. Nosotros también. No obstante, no dejemos de repetir que queremos descubrir esa voluntad que premiará nuestra paciencia y nuestra fe.
Si podemos apreciamos la luz porque hemos conocido la oscuridad. Es momento que estimamos mucho más la esperanza después de haber vivido el desaliento. Los buenos momentos nos reportan mucho más gozo cuando hemos pasado por épocas sombrías. Y ese es mi deseo para todos mis coterráneos. Recordemos que si valoramos la salud es porque hemos sufrido enfermedades, y somos conscientes de la importancia de ser amados porque sabemos lo que es sentirnos solos. Entonces, vamos juntos a construir una patria de todos y para todos. ¡Feliz Año Nuevo 2015! Es el más sincero deseo de mi familia y el mío propio.

jmateusli@gmail.com

martes, 23 de diciembre de 2014

Se murió el viejo Joe



Se murió el viejo Joe
-Jesús Matheus Linares-
Transcurría los comienzos de la década de los 70, cuando en Valera, estado Trujillo, había una fuente de soda muy concurrida por los jóvenes de la época, ubicada en la avenida 10 con calle 10, era “La Cimbali”, donde el viejo Vicente atendía a la pléyade de jóvenes que acudían diariamente a su local. Era el centro de reuniones de esa época, de finales de la guerra de Vietnam, de Ángela Davis, del mundo sicodélico, de los hippies, y de toda la contracultura que generó ese tiempo.
En la rockola del local había unos discos en 45 revoluciones que no cesaban en sonar, “with a little help from my friends”, la inocente y bella composición de los Beatles o “La Carta” interpretada por un cantante británico llamado Joe Cocker. Las publicaciones como la revista argentina “Pelo” lo mostraban con su imagen de tipo enmarañado y descuidado, moviéndose como poseído por un diablo bendito del ritmo. Era la referencia que teníamos en nuestros años de adolescente.
Así era el músico nacido en Sheffield, de origen obrero y que fue fontanero antes que cantante, representó todo el acalorado vaporón de una época de inquietudes y de rebeldía,  que comenzó  en el festival de Woodstock, donde con una canción de los Beatles, “con una pequeña ayuda de mis amigos” comenzó su inmortalización con el Mad Dogs & Englishmen.
Cocker era  dueño de una áspera voz, como salida de  las cavernas, llena de nervio y temple de esclavo.  En sus años de mozo pecó de violento, llevó un desastroso estilo de vida que abrazaba todos los excesos con todo tipo de drogas y alcohol.  Fueron los años maravillosos del cual nunca se arrepintió. Luego de ese largo andar en ese desierto de fantasías sicodélicas, sobrevivió y en los 80 reapareció ya más maduro y nos legó una nueva versión de su boleto de avión, The Letter. Y comenzó una nueva etapa interpretando las bandas sonoras que le llevaron al mayor de los éxitos como las de las taquilleras películas Oficial y caballero con Up where I belong o Nueve semanas y media con You can leave your hat on.
Su esposa Pam fue un apoyo importante. Se casó con la pedagoga en 1987 y vivía desde entonces con ella en un rancho de Colorado, donde sembraba tomates y criaba ovejos. "Me dio la estabilidad que nunca tuve", aseguraba. El 20 de mayo pasado, al cumplir 70 años, había dicho que no pensaba jubilarse y se preparaba para grabar un nuevo disco que iba a salir a la venta el 2015, pero su último disco, fue  "Fire It Up", salió a la venta a finales de 2012.
A las nuevas generaciones solo les quedará la imagen del dandi maduro, como salido de un anuncio de una marca de ropa de lujo, cantando el emotivo You're so beautiful en el homenaje a Diana de Gales, que podemos ver a través de Youtube.
Pero para nosotros que crecimos oyendo las canciones de un Joe Cocker, eléctrico, único quedará su recuerdo y esos años maravillosos que nos tocó vivir, y siempre recordaremos esa canción patrimonio de los Beatles, que lo transformó en nuestro himno de la amistad, “con una pequeña ayuda de mis amigos”. Luego supimos que también recibió a Jesús en su corazón. Gracias, viejo Joe, descansa en paz.
jmateusli@gmail.com

domingo, 7 de diciembre de 2014

Ejemplos que debemos seguir



Ejemplos que debemos seguir
-Jesús Matheus Linares-
Inmediatamente después de la aparición del pozo Zumaque Nº1 en 1917, el gobierno del general Juan Vicente Gómez, tomó medidas  para enfrentar  lo que pudiese ser una dependencia absoluta del ingreso por explotación petrolera. Gómez era productor de café y criador de ganado, conocía otras formas de generar ganancias.
Fue así como creó tres importantes instituciones para el desarrollo de esa incipiente Venezuela, que dejaba atrás lo rural para adentrarse en el modernismo urbano. Fundó el Banco Obrero, para el desarrollo de una banca con sentido social; el Banco Industrial para fomentar la industria y el comercio; y el Banco Agrícola y Pecuario. Acciones que tuvieron en el “Lord” de Zea, Alberto Adriani, uno de sus más fervientes promotores con aquello de “que vamos a sembrar el petróleo”. Y así lo hicieron los gobiernos de López Contreras, Medina Angarita, Rómulo Gallegos, Pérez Jiménez, de tratar de diversificar el ingreso de la nación, para evitar la dependencia petrolera.  
Ahora cuando estamos a riesgo de default, Venezuela es percibida como el más frágil entre los productores de petróleo y el pasado viernes el propio presidente Nicolás Maduro, anunció recortes de hasta un 20 por ciento en los gastos suntuarios.
Nuestra nación con las mayores reservas de petróleo del mundo sus finanzas están en un estado paupérrimo, en casi total dependencia del petróleo del que obtiene 96% de sus divisas. Es decir, de cada cien dólares que entran al país, 96 dólares es por el ingreso petrolero. Debemos propiciar mayor número de ingreso de divisas por otros conceptos distintos al petrolero. Turismo, sectores textil, agrícola, industrial, comercio, químico, siderúrgico, pero hay que poner orden en casa.  
“La caída de los precios del petróleo acerca todavía más a Venezuela al default”, consideró David Rees, analista de Capital Economics. “El gobierno no tiene ahorros del boom de precios del petróleo en la última década”. Igual piensa Oliver Jacob, analista de Pétromatrix : “Venezuela es el eslabón más débil de la cadena y las posibilidades de disturbios en el país en 2015 aumentan”. Y hay otros, más pesimistas como el economista José Guerra, ex funcionario del Banco Central de Venezuela, que tiene ha dicho: “tengo la impresión de que habrá más conflictividad social pues habrá más recesión, más inflación, más penurias”.
Allí debemos más bien tomar que “la lección para los productores de petróleo es que no es demasiado inteligente depender de una sola materia prima para sobrevivir”, como  ha señalado el ex banquero Abolaji Oladimej Odumesi.
Tenemos petróleo pero nuestra situación financiera no es la de los países del Golfo como para resistir una caída de las cotizaciones. Nosotros junto a Nigeria, Rusia e Irán somos de los países más afectados por la caída de los precios del oro negro.
Pero pienso que no debemos tomar el camino de Nigeria, donde  “el gobierno tomó medidas en medio del pánico, entre otras una fuerte devaluación”, como declaró a France Press el profesor Peter Ozo-Eson, secretario general del Congreso de Trabajo nigeriano.
Lo cierto es que la OPEP decidió mantener sus cuotas de producción, provocando una nueva caída del barril, por presión de los poderosos productores del Golfo Pérsico, que con precios bajos esperan detener el boom de la producción de petróleo de esquisto.
Los miembros menos potentes de la OPEP y otros países no miembros como Rusia, deseaban recortar la producción para detener la caída de precios. Sus presupuestos dependen total o en buena medida del petróleo y a diferencia de sus colegas del Golfo, no tienen fondos soberanos para amortizar las variaciones de precios.
La decisión de la OPEP “aumenta los riesgos de problemas en los países miembros que no tienen las reservas financieras necesarias para resistir esta guerra de precios”, destacó James Williams, economista especializado en energía en WRTG Economics.
El ejemplo lo ha comenzado a dar Irán, quien ha aumentando sus exportaciones no petroleras, entre ellas productos petroquímicos y condensados de gas.
“El presupuesto es cada vez menos dependiente del petróleo”, explicó recientemente a la AFP el analista Said Leylaz, quien aseguró que “el país podría soportar un barril a 75 dólares”.
El gobierno iraní como único paliativo anunció su “intención de adoptar una política monetaria de austeridad para el año próximo y aumentar el impuesto sobre el ingreso”. Y trata de buscar socorro desde China, que acaba de anunciar una duplicación de sus inversiones en el país. Es la misma estrategia empleada en Venezuela donde,  la semana pasada, la visita del ministro de Economía Marcos Torres a China llevó a “profundizar los acuerdos económicos y financieros” para compensar la diferencia de ingresos petroleros.
En Rusia, país que no integra la OPEP, el petróleo aporta la mitad de los ingresos fiscales. Desde el anuncio de la OPEP, el rublo profundizó su caída. En lo que va del año la moneda rusa ha perdido 40% de su valor ante el euro y más de 60% ante el dólar.
Rusia va a bajar sus exportaciones petroleras de forma unilateral.”Con la caída de los precios del petróleo y la deuda de 60.000 millones de dólares del grupo petrolero Rosneft, controlado por el Estado, el impacto sobre la economía rusa podría ser pesado y afectar su potencial de expansión”, consideró Petra Kuraliova, de la casa de corretaje TradeNext. Y qué estamos esperando en Venezuela, que nos desplomemos. Es tiempo de seguir otros buenos ejemplos, diversifiquemos nuestra economía.  

domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Dónde está el petróleo?

¿Dónde está el petróleo?
-Jesús Matheus Linares-
Parafraseando la película  “dónde está el piloto”  que se estrenó en Estados Unidos el 27 de junio de 1980,  primera cinta cinematográfica de Jim Abrahams, David Zucker y Jerry Zucker. Título de una comedia cómica de hace tres décadas, también podría retratar la actual coyuntura de la situación venezolana, ante la crisis producto de la caída de los precios del petróleo.
Y es que seguiremos hundiéndonos en el mar de los Sargazos. De acuerdo al informe del Ministerio de Petróleo y Minería de esta semana, el precio del petróleo venezolano perdió 89 centavos de dólar para promediar la semana en 68,08 dólares el barril. Es necesario que dejemos de ser una sociedad “petrocéntrica” y convertirnos en una “antropocéntrica”, en la que el esfuerzo de la gente y no la explotación de recursos agotables, sea la que genere ingresos para satisfacer las necesidades de la Nación.
Durante la presente semana los precios de los crudos terminaron a la baja "presionados por el incremento mayor al esperado de los inventarios comerciales de crudo en Estados Unidos. Igualmente, el mercado centro su atención en la reunión de la Opep en la cual se decidió mantener sin cambio su techo de producción", señala el reporte semanal del Ministerio.
Los precios del crudo llevan tres meses consecutivos de caída. El promedio del precio del crudo en lo que va de año es "como precio justo". Okey, pero qué hemos hecho para enfrentar la situación que se nos avecina. Ahora seguimos anhelando un precio del barril a 100 dólares, pero hemos hecho lo propio para sustituir nuestra economía petrolera rentista, por una sana economía productiva no dependiente de la producción petrolera. Ahí el dilema.
Luego del fracaso el pasado 27 de noviembre, en Viena, de bajar la producción de la OPEP, Venezuela, según Rafael Ramírez, produce 3 mil 500 millones de barriles diarios de petróleo. Voces más serias estiman que podría rozarse los tres millones. No más. Y de esos 3 millones hay deducciones automáticas como la venta a China, el suministro  a Cuba, la deferencia para con Petrocaribe y el consumo interno en el país, apenas permite que se pueda exportar 2.2 millones de barriles o algo menos.
Pero dejemos la cifra en 2.2 millones que a $ 68 (última cotización internacional) abre un boquete inconmensurable en la economía venezolana. Supongamos optimistamente que el crudo se revalorice en 15 % y se cotice en $ 78,92 que multiplicados por 1.850.000 barriles permite que ingresen $ 144.670.000 diarios. Si mantenemos el estatus vigente y multiplicamos 2.2 millones de barriles por esa misma cotización de $ 68 obtenemos $ 149.600.000, es decir, $ 4.930.000 más. En consecuencia estaríamos frente a un nuevo “negocio” chucuto. Todo ello sin considerar que si el crudo asciende a $ 78,92 resulta atractivo para los productores de USA extraer petróleo de esquisto que permite mayores beneficios y con ello Estados Unidos estaría reduciendo su brecha de dependencia externa al importar menos, de países como precisamente, Venezuela. ¿Difícil de entender?
Hoy día, junto al saldo por pagar de los cuatro Fondos Chinos y otras deudas públicas no registradas como tales, se acerca a 250 mil millones de dólares. Ocho veces más que en el 2006. El número de empleados y obreros públicos ha pasado de 1.200.000 (1998) a 2.500.000 hoy. El de pensionados del Seguro Social de 380.000 a 2.600.000. Se ha expropiado empresas privadas que generaban buenos empleos e impuestos, como Sidor, Banco de Venezuela, Cantv, Electricidad de Caracas, varias cementeras, Agro isleña, un centenar de contratistas petroleras de Lagunillas. Ojeda, Maracaibo, Barquisimeto, Ciudad Bolívar, Puerto La Cruz, y otras regiones del país, centenares de fincas en producción a lo largo de la nación. Se ha ahuyentado la inversión extranjera. Ahora qué podemos esperar.
Y como en la película que referimos al comienzo del artículo, El argumento trata un tema abordado muchas veces en el cine. La historia de una emergencia médica en medio de un vuelo causada por comida en mal estado, con los pasajeros siendo rescatados por un antiguo militar. Ahora el rescate debemos hacerlo nosotros. Cómo. Muy sencillo volviendo a las otrora enseñanzas, de hombres como Alberto Adriani, que nos hablaron de “sembrar el petróleo”, de incentivar la productividad en nuestra agobiada economía nacional para reactivar todos los sectores: textil, construcción, agrícola, metal mecánico, maderero, turístico, químico, pecuario, industrial,  para convertirnos realmente en un país de oportunidades.
Así podríamos estar blindados ante acontecimientos como la decisión de la Opep de mantener el techo de producción de petróleo en 30 millones de barriles, que  ha incidido en la caída de los precios del crudo, entre otros aspectos. Es una manera de comenzar a creer que no somos un país rico en petróleo, si no que tenemos el recurso humano dispuesto para comenzar a cimentar las verdaderas bases de una economía solida y sustentable. Ya el tiempo de las “vacas gordas”, lo hemos dejado atrás  y ahora tendremos que apretarnos el cinturón, sino seguiremos derecho al fondo del Mar de los Sargazos, un mar inmóvil.
El mar de los Sargazos, conocido desde la antigüedad, y frecuentado en el siglo XV por los marinos que buscaban la mítica isla Antilla,  producía preocupaciones, miedo y terror. Nadie había podido sobrepasarlo. Sin embargo, como se comprobaría, la dificultad que representaba a la navegación era más psicológica que técnica, y así pareciese que estamos los venezolanos, con dificultades psicológicas por los precios del petróleo, más que pensar qué podemos hacer para convertirnos en una nación productiva, debemos dejar de ser “petrocéntricos” y convertirnos en “antropocéntricos” Eso es lo queremos.