Ejemplos
que debemos seguir
-Jesús
Matheus Linares-
Inmediatamente
después de la aparición del pozo Zumaque Nº1 en 1917, el gobierno del general
Juan Vicente Gómez, tomó medidas para
enfrentar lo que pudiese ser una
dependencia absoluta del ingreso por explotación petrolera. Gómez era productor
de café y criador de ganado, conocía otras formas de generar ganancias.
Fue así como
creó tres importantes instituciones para el desarrollo de esa incipiente
Venezuela, que dejaba atrás lo rural para adentrarse en el modernismo urbano.
Fundó el Banco Obrero, para el desarrollo de una banca con sentido social; el
Banco Industrial para fomentar la industria y el comercio; y el Banco Agrícola
y Pecuario. Acciones que tuvieron en el “Lord” de Zea, Alberto Adriani, uno de
sus más fervientes promotores con aquello de “que vamos a sembrar el petróleo”.
Y así lo hicieron los gobiernos de López Contreras, Medina Angarita, Rómulo
Gallegos, Pérez Jiménez, de tratar de diversificar el ingreso de la nación,
para evitar la dependencia petrolera.
Ahora cuando
estamos a riesgo de default, Venezuela es percibida como el más frágil entre
los productores de petróleo y el pasado viernes el propio presidente Nicolás
Maduro, anunció recortes de hasta un 20 por ciento en los gastos suntuarios.
Nuestra nación
con las mayores reservas de petróleo del mundo sus finanzas están en un estado
paupérrimo, en casi total dependencia del petróleo del que obtiene 96% de sus
divisas. Es decir, de cada cien dólares que entran al país, 96 dólares es por
el ingreso petrolero. Debemos propiciar mayor número de ingreso de divisas por
otros conceptos distintos al petrolero. Turismo, sectores textil, agrícola,
industrial, comercio, químico, siderúrgico, pero hay que poner orden en casa.
“La caída de los
precios del petróleo acerca todavía más a Venezuela al default”, consideró
David Rees, analista de Capital Economics. “El gobierno no tiene ahorros del
boom de precios del petróleo en la última década”. Igual piensa Oliver Jacob,
analista de Pétromatrix : “Venezuela es el eslabón más débil de la cadena y las
posibilidades de disturbios en el país en 2015 aumentan”. Y hay otros, más
pesimistas como el economista José Guerra, ex funcionario del Banco Central de
Venezuela, que tiene ha dicho: “tengo la impresión de que habrá más
conflictividad social pues habrá más recesión, más inflación, más penurias”.
Allí debemos más
bien tomar que “la lección para los productores de petróleo es que no es
demasiado inteligente depender de una sola materia prima para sobrevivir”, como
ha señalado el ex banquero Abolaji
Oladimej Odumesi.
Tenemos petróleo
pero nuestra situación financiera no es la de los países del Golfo como para
resistir una caída de las cotizaciones. Nosotros junto a Nigeria, Rusia e Irán
somos de los países más afectados por la caída de los precios del oro negro.
Pero pienso que
no debemos tomar el camino de Nigeria, donde
“el gobierno tomó medidas en medio del pánico, entre otras una fuerte
devaluación”, como declaró a France Press el profesor Peter Ozo-Eson,
secretario general del Congreso de Trabajo nigeriano.
Lo cierto es que
la OPEP decidió mantener sus cuotas de producción, provocando una nueva caída
del barril, por presión de los poderosos productores del Golfo Pérsico, que con
precios bajos esperan detener el boom de la producción de petróleo de esquisto.
Los miembros
menos potentes de la OPEP y otros países no miembros como Rusia, deseaban
recortar la producción para detener la caída de precios. Sus presupuestos
dependen total o en buena medida del petróleo y a diferencia de sus colegas del
Golfo, no tienen fondos soberanos para amortizar las variaciones de precios.
La decisión de
la OPEP “aumenta los riesgos de problemas en los países miembros que no tienen
las reservas financieras necesarias para resistir esta guerra de precios”,
destacó James Williams, economista especializado en energía en WRTG Economics.
El ejemplo lo ha
comenzado a dar Irán, quien ha aumentando sus exportaciones no petroleras,
entre ellas productos petroquímicos y condensados de gas.
“El presupuesto
es cada vez menos dependiente del petróleo”, explicó recientemente a la AFP el
analista Said Leylaz, quien aseguró que “el país podría soportar un barril a 75
dólares”.
El gobierno iraní
como único paliativo anunció su “intención de adoptar una política monetaria de
austeridad para el año próximo y aumentar el impuesto sobre el ingreso”. Y
trata de buscar socorro desde China, que acaba de anunciar una duplicación de
sus inversiones en el país. Es la misma estrategia empleada en Venezuela donde,
la semana pasada, la visita del ministro
de Economía Marcos Torres a China llevó a “profundizar los acuerdos económicos
y financieros” para compensar la diferencia de ingresos petroleros.
En Rusia, país
que no integra la OPEP, el petróleo aporta la mitad de los ingresos fiscales.
Desde el anuncio de la OPEP, el rublo profundizó su caída. En lo que va del año
la moneda rusa ha perdido 40% de su valor ante el euro y más de 60% ante el
dólar.
Rusia va a bajar
sus exportaciones petroleras de forma unilateral.”Con la caída de los precios
del petróleo y la deuda de 60.000 millones de dólares del grupo petrolero
Rosneft, controlado por el Estado, el impacto sobre la economía rusa podría ser
pesado y afectar su potencial de expansión”, consideró Petra Kuraliova, de la
casa de corretaje TradeNext. Y qué estamos esperando en Venezuela, que nos
desplomemos. Es tiempo de seguir otros buenos ejemplos, diversifiquemos nuestra
economía.
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