¿Crisis
petrolera?
Petróleo y gas
de esquistos
bituminosos
invaden el mercado
Jesús Matheus Linares
Venezuela afronta una nueva situación en el
mercado internacional de hidrocarburos, luego que Estados Unidos, principal
destino de sus exportaciones, lleva casi cinco años reduciendo sus
importaciones sobre todo el crudo que proviene de los miembros de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo, al tiempo que incrementa su
producción del llamado petróleo y gas de esquistos.
Es un riesgo que el gobierno nacional debe prever
para Petróleos de Venezuela si Estados Unidos y su principal vendedor de crudo,
Canadá, continúan elevando la producción como ha venido sucediendo con las
arenas bituminosas y el petróleo en esquistos de Norteamérica que siguen
impulsando el crecimiento sin precedentes en la producción de los países que no
integran la OPEP, de acuerdo al informe de la Agencia Internacional de Energía.
“Cada mes se registran más récords de producción y crecimiento, aunque el ritmo
de variación disminuirá en los próximos meses”, agrega la AIE.
Desde diciembre de 2010 y el mismo mes de 2012,
el volumen de crudo estadounidense creció más de 1,4 millones de dólares por el
desarrollo de lo que se conoce como shaleoil o petróleo en esquistos, en los estados
de Dakota del Norte, Colorado y Montana, adicional al nuevo impulso en aguas
profundas del golfo de México. Eso ha permitido que al cierre del año pasado
Estados Unidos esté produciendo 7 millones de barriles diarios, un repunte de
25% con respecto a lo que extraía hace dos años.
“El aumento de la producción de petróleo en el
centro de Estados Unidos tendrá implicaciones para la producción de la OPEP y
las decisiones de capacidad”, ha advertido Michael Cohen, analista de la
AIE.
El descenso de las ventas de la
OPEP al mercado estadounidense llega a 30%, una caída superior a 1,5 millón de
barriles por día entre principios de 2010 y finales de 2012. En el período los
recortes no han afectado tanto los suministros que despachan Arabia Saudita y
Venezuela, que más bien permanecen estancados aunque con una ligera tendencia a
la baja. Las caídas más fuertes hacia Estados Unidos las afrontan otros
miembros de la organización como Nigeria, Angola, Argelia e incluso Irak. Pero,
el precio de la cesta venezolana ya ha llegado a los 75,5 dólares por barril,
una catástrofe si tomamos en cuenta que seguimos siendo un país mono productor.
Las alarmas se han encendido. A esto añadimos que Estados Unidos ha aprovechado
los desarrollos que lleva adelante su vecino Canadá para comprarle parte de su
producción en vez de optar por otro país. El comercio entre las dos naciones
podría aumentar si finalmente se logra la construcción del oleoducto Keystone
XL, que permitiría el traslado de crudo al golfo de México.
Las autoridades de la OPEP ante este efecto del
shaleoil de Estados Unidos sobre la producción y la demanda de petróleo ya han
puesto sus “barbas en remojo”. 401.000 barriles diarios es la caída de la
producción petrolera nacional entre 2008 y 2013, según la Vicepresidencia de
Exploración y Producción de Pdvsa. Hace cuatro años se obtenían 3,2 millones de
barriles diarios y ahora 2,8 millones de barriles.
¿Preocuparnos por el petróleo y gas
de esquisto?
La balanza
del poder energético podría ser modificada por este tipo de hidrocarburos
alternativos. ¿Podrá este crudo no convencional afectar el precio del petróleo?
¿Podríamos perder cuotas de mercado ante este tipo de producto alternativo?
¿Dejaríamos de ser importantes como proveedores de petróleo para países como
Estados Unidos de América en los próximos años? Eso está por verse y debe
preocuparnos.
Petróleo y
gas de esquistos bituminosos (ShaleOil y Shale Gas) es un tipo de petróleo y
gas no convencional que se extrae de los esquistos que son rocas sedimentarias
arcillosas. De este tipo de petróleo se pueden obtener refinados que pueden ser
utilizados para los mismos fines que aquellos obtenidos a partir del petróleo
crudo. El petróleo de esquistos bituminosos se extrae mediante diferentes
técnicas, entre ellas la de "fracturación hidráulica", que consiste
en inyectar presión con el objetivo de fracturar las rocas en el sustrato
rocoso que encierra el petróleo o gas.
Los
principales países con yacimientos de esquisto son Estados Unidos, Canadá,
Brasil, Argentina, Francia, Alemania, Polonia, Australia y China. Estados
Unidos de América es un gran poseedor de este tipo de yacimientos y, a su vez,
es un gran consumidor de petróleo. De hecho, este país es uno de los
principales importador de energía y se prevé que para el año 2017 sea el primer
productor de petróleo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA,
por sus siglas en ingles).
Venezuela y
sus socios en la Opep deben hacerle seguimiento al desarrollo de esta
"industria paralela" de los hidrocarburos de esquisto. En el caso
venezolano, esta competencia podría hacernos perder la capacidad de colocar
nuestro petróleo en mercados como el estadounidense y crear la preocupación de
una baja de los precios petroleros que perturben nuestra economía. En nuestra
defensa, hay un aspecto citado por muchos analistas en varios lugares del mundo
y es la crítica a los métodos tan costosos para su extracción, en comparación
con los de menores costes para la extracción del crudo convencional.
Otro de los
aspectos críticos es el de sus repercusiones ambientales. La producción de este
tipo de energía, al fracturar hidráulicamente el suelo y las rocas en las que
se encuentra almacenado ese tipo de crudo, debilita el terreno. Igualmente, el
agua que se usa para extraer bajo presión el petróleo y gas que se halla en los
esquistos emplea químicos dañinos que contaminan el medio ambiente. Muchas ONG,
principalmente en Francia y Alemania, han ejercido mucha presión dentro de sus
comunidades para impedir que se lleven adelante este tipo de desarrollos
energéticos, hasta el punto de lograr que se aprueben leyes y normativas que prohíben
la explotación de petróleo y gas de esquisto en esos países.
En Venezuela
es poco divulgado este tema en medios profesionales, académicos y
comunicacionales. La población venezolana, que irónicamente requiere de
petróleo para el desenvolvimiento de su día a día, carece de
los conocimientos introductorios sobre el tema de los hidrocarburos. Un aspecto
que ha moldeado el destino social, político, económico y hasta cultural de
Venezuela. Ya el presidente Maduro recientemente ha señalado el grave daño
ecológico que le podemos hacer al planeta, por
el petróleo y gas de esquisto que promete ser tema de amplio debate a
escala mundial en los venideros años. Es tiempo de tomar las precauciones
con esto del petróleo y gas de esquistos bituminosos.