domingo, 19 de abril de 2015

Miraca, el pueblo del Barro



18 y 19 de abril en Miraca, Iglesia de Baraived (Estado Falcón)
Fiestas Patronales en Honor a la Virgen de Coromoto en el pueblo del Barro
-Jesús Matheus Linares-
Del 21 de abril al 4 de mayo, el pueblo de Miraca, en el municipio Falcón, en la Península de Paraguaná  se honra a la Virgen de Coromoto, a través de diversas actividades religiosas y culturales, en el marco de las fiestas patronales que como cada año buscan fortalecer la fe de la miraquenses.
Las festividades originalmente se celebran los días 18 y 19 de abril, se realizan vísperas y misa solemne;  el encuentro de patronos y las novenas para continuar con la tradición de la visita de la virgen a las casas de la comunidad.
Miraca es un pueblo muy típico que se encuentra en el municipio Falcón de la península de Paraguaná. Es un pueblo muy pintoresco en el cual muchas de las familias se dedican a la elaboración de piezas de barro cocido.
A la llegada de los españoles era una comunidad de indios Caquetíos. Las familias asentadas aquí eran diestras en el trabajo del barro cocido. En esta población se conserva intacto el ancestro Caquetío. La técnica con la que se elaboran sus famosas vasijas es la misma de hace siglos.
La imagen de la Virgen de La Coromoto, Patrona de Miraca; está en la casa de la familia Martínez desde 1943. Sus primeras fiestas se celebraron en la iglesia de Baraived ya que en Miraca no existía capilla. Esta tradición se mantiene vigente en la comunidad de Miraca que los 18 y 19 de abril celebra las fiestas patronales en honor a la virgen.
En los alrededores del pueblo se encuentra el Parque Miraca, construido en 1978, es un área recreativa de 2,7 ha totalmente desarrolladas para la conservación de una flora conformada por plantas cactáceas, leguminosas y sábila (agave).
El lugar tiene nombradía desde los días de Nicolás Federmann, en marzo de 1530, cuando desembarco en Chaure y en su viaje hacia Coro se detuvo a calmar su sed en una fuente cercana a un poblado indígena que encontró en su ruta. Lo que quiere decir que este poblado indígena era numeroso en los primeros años de la conquista. El cronista Juan de Castellanos en 1540, en su obra “Elegías de Varones Ilustres de Indias”, nombra a Miraca con el epitelio de “Pueblo de Grandísimo Momento”. Asimismo, el historiador Pedro Manuel Arcaya, en su “Historia del Estado Falcón”, dice que en 1556, en tiempos de Gobernador Arias de Villasinda, se nombraban en Paraguaná los pueblos de Miraca, Santa Ana y Cayeruba.
Para el año de 1800 Miraca fue Adscrita a la parroquia Baraived, para entonces municipio, y fue dividida en sectores llamados: Santa Inés (donde duermen los Zamuros), Siribauco, El Caminito, Miraca Arriba, Miraca Abajo, La Montaña y Manaure. Actualmente todos estos nombres han desaparecido.
En la ruta entre Adícora y Pueblo Nuevo, Miraca no es un sitio que se encuentra por casualidad. Tiene acceso vía un desvío hacia el sur, cerca de El Hato, un pequeño aviso le indica la salida para Baraived. Miraca queda a 1,5 km más adelante en la vía. Aproveche no solo la celebración religiosa en honor a la Virgen de Coromoto, también pueden disfrutar de la vena artística de este antaño lugar, su larga tradición de alfarería, desde tiempos de los primeros aborígenes, existen familias asentadas aquí que son diestras en el trabajo de barro cocido.
En la actualidad esta tradición se conserva intacta de su origen indígena ancestral. La técnica con la cual se elaboran sus famosas vasijas y ollas es de la misma manera de hace siglos. Así que Miraca tiene la reputación de ser "El Pueblo de Barro".

Efectivamente, ahora 70% de la pequeña población vive de la artesanía, con unos 36 talleres activos. Siempre es agradable visitarlos en su lugar de trabajo para observar el proceso. Sin embargo, la mayoría no está identificada por fuera, porque  también son sus casas. Una buena iniciativa sería habilitar un espacio para exponer y vender las magníficas creaciones.

Existe la vieja Casa de la Cultura que pudiera rehabilitarse para este fin. Sería ideal, siguiendo el ejemplo de otros lugares, como el local detrás de la iglesia en Moruy, donde los artesanos vender sus artesanías o como en la Casa del Artesano en Coro en la zona colonial. Sería una manera de impulsar la industria de la alfarería manual, que tiene el sello de nuestra nacionalidad. Venezuela es una tierra de riquezas, conocerla es aprender y amar lo nuestro.



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