sábado, 27 de septiembre de 2014

La Laguna de Sinamaica donde nació Venezuela



La Laguna de Sinamaica
donde nació Venezuela

-Jesús Matheus Linares-

La laguna de Sinamaica se encuentra al norte del estado Zulia a una hora de la ciudad de Maracaibo, en el estado Zulia. Pasando el puente que atraviesa el río Limón en la costa noroeste del lago de Maracaibo, tiene aproximadamente 50 kilómetros cuadrados de extensión y su principal afluente es el río Limón. Cuando uno va llegando se divisan a lo lejos las típicas construcciones indígenas conocidas como palafitos.

Se dice que el nombre de Venezuela tiene sus orígenes en esta zona, porque los indígenas la llamaban “Veneciuela”, que quiere decir agua grande. Otra versión relata que cuando Alonso de Ojeda y Américo Vespucio vieron los palafitos recordaron la ciudad de Venecia y llamaron a esta tierra “la pequeña Venecia”.

Los palafitos son construcciones unifamiliares con techos a 2 aguas, y asentadas con troncos son utilizadas por diferentes etnias en Venezuela, pero la que tiene mayor presencia es la añú-paraujana, que significa gente de agua y la cual mantiene sus costumbres de ser una etnia cazadora, recolectora y artesanal.

El transporte dentro de la laguna se realiza por medio de las curiaras o embarcaciones típicas de la zona hechas con troncos de árboles cercanos a la laguna. Ahora con las nuevas tecnologías, éstas son impulsadas por motores fuera de borda. También se utilizan para transportar turistas que visitan la laguna.

Al igual que los conquistadores que se  cautivaron por las aguas adornadas por pequeñas y rústicas viviendas, también usted, amigo lector, lo hará ante la belleza exótica y los coloridos paisajes que harán de las suyas.

Es un encanto que lo hará reencontrarse con los orígenes de nuestra nacionalidad y es que la laguna de Sinamaica tiene una cualidad muy singular: nos regresa a las raíces indígenas. Los aborígenes añú brindan una agradable sonrisa a quien los visite, pero son celosos guardianes y cuidadores de su entorno. Reconocidos por su amabilidad, carisma y hospitalidad, también son excelentes pescadores y artesanos.

Un paseo en lancha

Para conocer palmo a palmo la laguna de Sinamaica debe hacer un paseo en lancha. Desde el puerto de un típico restaurant llamado El Trompo puede emprender esta aventura fascinante, también tiene la opción en el puerto Cuervito, ubicado en el pueblo de Sinamaica.

La navegación por estas doradas aguas será amena. Las aguas se embellecen con abundantes y verdes manglares, cocoteros y matas de mango cargadas de frutos. Conocerá a los protagonistas del recorrido, los palafitos, construidos por los añú, cuando decidieron echar raíces en esta zona lacustre para guarecerse de la persecución de otras etnias.

Impecable mojito de coco

La primera estación obligada es en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, construida con los mismos materiales utilizados para construir los palafitos, palma de enea y mangle. Justo al frente del templo está el restaurante y parador turístico de Sinamaica. Es  obligado detenerse allí, donde lancheros y turistas degustan  la gastronomía típica.


Allí lo esperan un plato impecable, el mojito de coco, filete de pescado fresco de cachama o un boca chico relleno –un pescado relleno de vegetales y camarones–, acompañados de un refrescante “coctel”, bebida creada por los locales a base de coco.

Y para los suvenir, antes de abandonar el parador, hay que visitar la tienda de artesanías. Allí encontrará sombreros, bolsos, cestas, paneras y esteras, hechas a base de palma de enea y majagua.

Luego le espera la próxima parada, un lugar donde nace la serenidad de la laguna y usted se reencontrará con majestad espiritual de la naturaleza. Allí disfrutará de un espacio en el que los manglares se juntan para formar una especie de túnel natural, que proporciona sombra, y donde la brisa se cuela entre las ramas de la vegetación. Los nativos lo llaman “el Túnel del Amor”.  Aproveche compartir un abrazo o una caricia a su ser querido, mientras disfruta de este paraíso tropical.

La fauna local también adorna la escena, es común ver a las yaguasas, un ave proveniente de la familia de los patos. Las babas se asientan en una u otra orilla y las toninas hacen su aparición de vez en cuando, pero no es común verlas.

Ya al caer la tarde, cuando el sol comienza a ocultarse  y comienza la hora de retorno al embarcadero, aproveche el espectáculo que le da el atardecer de la laguna para que haga las mejores fotografías, que siempre le recordarán tan bucólico lugar. Una variedad de colores, naranja, rosa y hasta lila, con la perfección de un cielo azul celeste que le proporcionarán la mejor visual que jamás haya visto: un atardecer colorido y espectacular sobre las aguas. De seguro que quedará prendado de este bello lugar.

Si se atreve a aventurar e ir a la laguna de Sinamaica, hay un buen equipo de guías turísticas. Ybiray Villalobos es una de ellas, la puedes ubicar en Jupuna Tour por el (0414) 630 2266 o el correo electrónico: ybiray76@hotmail.com.  Recuerde  visitar la laguna en cualquier época del año excepto en tiempo de lluvias por la cantidad de mosquitos. Lleve ropa cómoda, fresca, zapatos deportivos. Use protector solar, gorra o sombrero, y si por casualidad lo consigue, no de je de llevar un repelente de insectos. Le aseguro que habrá comenzado a descubrir dónde nació Venezuela.




I
 La Iglesia Nuestra Señora del Carmen
Recuerda a Venecia
 Lanchas con motor fuera de borda en la laguna











                                             Un lugar para navegar
                                                                    


Donde nació Venezuela

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